domingo, 15 de diciembre de 2013

RESEÑA: Wingberg, Liliana (2004) “Umbrales del ensayo”



RESEÑA:   
            Wingberg, Liliana, (2004). “Umbrales del ensayo”, México, CCYDEL-UNAM,           
            (101 pág)
 Por:  Iván Lizz

En “Umbrales del ensayo”, escrito por  Liliana Weingberg (crítica literaria), es posible encontrar una gran conceptualización  respecto  al  ensayo como género académico.
En principio, se aproxima a una definición en la que sostiene, que el ensayo es un texto en prosa, donde se despliega una opinión, una visión personal, y que es fundamentada en la propia experiencia. Esto lo dice pensando en que cada uno ve al mundo de manera destinta, por ende,  lo que se escribe  será de acuerdo a la visión del escritor.
La preocupación por la expansión y la información bien detallada en cada apartado, hace que el texto cobre relevancia. De esta manera, cada oración y cada frase aquí presente, deja  algo nuevo que interpretar. El artificio de Apelar siempre a escritores reconocidos, como Jorge Luis Borges,  o  al filósofo francés, Michael Foucault, entre otros,  también funciona como un aspecto sumamente importante y positivo al momento de revisar y analizar el tema en cuestión, ya que de ellos, mucho hay por aprender.
En relación a la estructura que se plantea, se toman en cuenta algunas cosas de manera conjunta, que conformarían  lo que realmente es un ensayo. Los diferentes elementos que lo integran, se puntualizan de manera muy minuciosa. Su análisis comienza con ideas desde  Michael Montaigne, quien empleó por primera vez el término  allá por los años 1580, hasta los más contemporáneos.  En este  sentido,  la figura del autor  cobra un peso relevante,  tanto el empírico, como  el que construye el propio texto, ese efecto del discurso del que habla Foucault,  que se hace vigente al  momento de comenzar a ensayar, y responsable a partir de lo que produce.
            El texto del ensayo, como todo texto, bebe ser un conjunto de anunciados con sentido, lo cual significa que el lector al momento de leerlo,  pueda conocer, entender, y comprender lo que en simples palabras allí se expone. Por otro lado,  es fácil detectar que a lo largo de todo el entramado textual,  se tiene en cuenta la postura y los ejemplos de Montaigne,  y  de otros destacados del pensamiento literario e intelectual, (tales como Borges y Foucault). Por ejemplo: el hecho de poder plasmar la técnica de Borges al momento de hacer un ensayo, y transmitirlo es una gran oportunidad, para muchos, de conocerlo.  Sus particularidades producen una sensación de admiración dentro de la literatura, más para quienes realmente lo siguen, y lo admiran. Pues, a él le gustaba más la palabra “ensayar” (como verbo) en el sentido de probar, experimentar, etc. porque allí ponía en juego su manera de pensar,  la posibilidad de experimentar con el orden de las palabras, las imágenes, los símbolos, las ideas, y esto es precisamente, lo que  pone al texto en un lugar preponderante .  
            Para dar cuenta de esta enunciación discursiva de la que se está tratando, también se tiene presente en papel de la lengua, la cual  funciona como el principal vehículo con el que se transmiten todas las ideas que provienen del mundo  de la experiencia.  Sin ella esto no sería posible. Muchas veces, lo que se vive de manera  privada, es necesario hacerlo público. Es en este instante, en donde el lenguaje debe manifestarse, por una parte como convención o  institución social,  y por otra, como patrimonio íntimo de cada uno.  
            Se dice que enfrentarse a un texto, es encontrarse con un nuevo mundo, es hacerse partícipe de lo que se propone, y la vez, atravesar el  umbral con la expectativa  de conocer lo  innovador, lo desconocido, algo verdaderamente nuevo. Es así, como el  umbral más importante, en esta ocasión,  es el contexto,  debido a que cuando se trata de describir una situación, siempre tiene que ver con circunstancias históricas,   políticas o sociales, que están íntimamente relacionadas con lo que se escribe, o viceversa.

¿Por qué se debe leer “Umbrales del ensayo”?
Porque es un texto, en el que los contenidos se encuentran organizados, los conceptos que se definen poseen una vasta explicación con la que el lector podrá entender de manera más sistematizada y clara  a cada uno de ellos. Es útil, y recomendable,  sobre  todo para quienes se encuentran con interés referido a las letras, o más bien aquellos que deseen realizar una producción textual (no necesariamente) ensayística,  ya que no sólo brinda herramientas para abordar el ensayo en sí, sino que además intenta  resaltar algunas cuestiones que tienen que ver con la situación de escritura que inicie cada uno como sujeto individual.
Montaigne, decía que hay que conocerse a si mismo y tratar de escribir lo que uno siente, ensayarse, experimentarse pero no sólo como un ser aislado, sino que se debe tener en cuenta la relación con el mundo. El ensayo es un ejercicio de sinceridad, quien hace un ensayo, está dando cuenta de ciertas cuestiones de manera transparente.